un mariachi para conquistar un amor
imposible, para festejar un amor nuevo, llorar
el amor perdido. Para celebrar una boda, un
bautizo o un funeral.
Por eso si México tuviera un corazón sería
definitivamente Garibaldi. Lugar parte real y parte
mítico, lleno de mariachis de carne, huesos y valentía,
listos para acompañarlo a uno en cualquier travesía.
Garibaldi es un lugar muy
especial, sus restaurantes y
bares siempre aparecieron y
siguen siendo referencias en
el cine mexicano. Tin Tan,
Cantinflas, José Alfredo
todos filmaron películas en
este lugar. Aquí se les
despidió a José José y a Juan
Gabriel al son de un mariachi.
Se dice que no se puede ser un turista conocedor o un
mexicano al 100 si no se conoce la Garibaldi.